24.1.05

Las ventajas de mi muerte...

Debo comenzar por decir, que, no recuerdo cuando fue la primera vez que he deseado con toda el alma morir, ya que hace mucho que lo anhelo.
Tal vez, desde el momento en que nací, no he dejado de pensar en “La Muerte” ese algo que persigue al ser humano desde el momento en que comienza a vivir.

Tengo una familia común, como cualquier otra, mis padres, desde muy pequeña, me inculcaron la religión Católica, y “Creo” siempre haber tenido una firme creencia en Dios, me tiraba en la cama, e imaginaba platicar con él, suplicando siempre morir, con el tiempo, el deseo aun permanece, a mis 21 años, por las noches, cierro los ojos cuando todo es silencio, y la misma pregunta de siempre me asalta la mente, ¿ Cómo será estar muerto?
Contengo la respiración y trato de no pensar, y es justo en ese momento cuando hace acto de aparición “El temor” que, analizándolo fríamente, no es mas que el apego a lo terrenal, Mi temor es el pensar en dejar de ser lo que soy, en dejar de sentir, de ver, de pensar, de caminar, de hablar y tal vez de amar (si es que alguna vez he amado).
Y es que nadie me ha enseñado a alimentar el alma...
Sigo sin creer en el cielo y el infierno, se que es una gran contradicción a lo escrito anteriormente, puesto que he dicho haber tenido una creencia firme en Dios, y la sigo teniendo, después de todo a cualquier hombre lo es necesario creer en un ser supremo, al cual todos le llaman Dios, no importando de que este hecho, Mi Dios, es solo mío, pues el libre albedrío me da la ventaja de crearlo, y no a mi conveniencia, es solo que yo decido en que creer y en que no creer, y aun que parezca frase de anuncio publicitario, hay que tomar solo lo mejor, los hombres se han atribuido o mas bien, se han tomado la libertad de juzgar, sin pensar que también serán juzgados, y no por un hombre precisamente, dicen que después de la muerte, llega la liberación del alma, y si todo ser humano la tiene, nadie va a enseñarle a alimentarla?

Hoy esta pregunta me asalto la mente ¿Cuales serian las ventajas de mi muerte?
y comencé a pensar en mi Familia.

Mi madre: un ser autoritario, imponente, acostumbrado a ser líder, poco cariñosa y contradictoria, con la cual no tengo mas contacto que el necesario, aun siendo mi madre, es un ser humano desconocido para mi, nunca hemos platicado profundamente de nuestras respectivas vidas, ni de lo que nos pasa, nuestra forma de relacionarnos es parecida a una oficina, (eso es con toda la familia), existe cierto compañerismo, y en la cual, pareciera que están prohibidas las relaciones sentimentales entre compañeros de trabajo, o al menos las demostraciones, y no solo en publico, es como si... estuviera penado decir un te quiero, o abrazar al compañero de al lado, es mas, es peor que el big brother!!, por que ahí, sabes que observan cada cosa que haces y dices, y por las cuales te estereotipan, te catalogan, y hasta te juzgan, (volviendo a preguntar ¿Quien rayos somos para juzgar?!), vivimos en la misma casa, compartimos deberes, viajes, fiestas, y algunas situaciones desagradables comúnmente ocasionadas por los demás compañeros de oficina ( familia ) o principalmente por mi, hacen de esta una relación superflua.

Mi padre: autoridad máxima, estricto, ejemplar, irrefutable, y un ser totalmente desconocido, retomando la situación con mi madre, él es aun mas lejano a mi persona, de la cual normalmente se queja por que no sabe hacer nada mas que pedir dinero.

Con mi muerte...
Mi madre: Es seguro que tendría un gran dolor, después de todo como hija, aun siendo la peor, fui parte de su ser, viví dentro de ella durante 9 largos y no muy agradables meses (sobre todo los primeros) aguantarme durante 21 años de mi vida no es fácil, por que aun hasta de tu peor enemigo te enamoras, y no es que la considere mi peor enemigo por que no lo es, pero no es secreto para nadie que no hemos tenido una buena relación, si no discutimos, se crea un cierto aire de indiferencia y un aparente desinterés mutuo.

Mi padre: Al igual que mi madre sentiría un gran hueco, una enorme casa, una habitación vacía, y tal vez momentáneamente, por que no dudo que en un futuro mis sobrinas se adueñen de mi habitación, quizá sienta los bolsillos pesados pues ya no habrá quien le pida dinero cada lunes para su semana. Sé que esto se ve muy frío, y yo, sin sentimientos, pero así es mi padre, y en realidad no tengo mucho que decir sobre lo que supongo sentiría con mi muerte, probablemente sea el hecho de saber que no fui deseada, y de que por palabras de mi madre, mi padre no quería que yo naciera, me pregunto con que fin me lo dijo... después de todo yo no tendría por que saberlo, digo, hace 21 años, mi padre habrá tenido sus razones para no quererme, y a lo mejor es por eso que toda mi vida he querido morir, dicen, que los fetos puedes escuchar desde los 5 meses de gestación y es probable que yo haya sentido el rechazo de mi padre, y el saberme no deseada me ha creado esta cierta fascinación con la muerte y el continuo pensamiento (reproche) del “No debí nacer”!!
De pequeña solía escribir en cualquier cuaderno “Me quiero morir”, hasta que un día mi madre encontró una hoja con esa leyenda, reconociendo mi letra, pues era evidente que nadie escribía con ese pulso de maraquero en casa, no se exactamente en que día lo encontró, lo que si sé, es el día en que me lo hecho en cara, un fin de semana que parecía normal, en el que para no variar “algo” hice que provoque la furia de mi madre, así que se fue sobre mi, a golpes, como suelen hacerlo los papas, al menos lo míos, y me grito: “ya te traía ganas! esto es, para que te quieras morir de a de veras, mal querida!”, en ese momento, no se que me dolió mas, si los golpes, o lo que mi madre me había dicho, y sigo sin saberlo, aun que, a decir por lo que estoy sintiendo en este preciso momento creo que fueron las palabras. Hoy pienso, que habría deseado que mi madre me cuestionara el por que querer morir...

Con mi muerte...
Después de algún tiempo tal vez, mi ausencia siga doliendo, pero llegará la costumbre, y de alguna manera el alivio a las continuas discusiones “ laborales” ocasionadas por mi, a las preocupaciones del que será de mi vida futura, por que con mi muerte ya no habrá tal, sabrán que si bien no estoy en el infierno o el cielo estaré en otra vida, si existe tal, dejarán de preocuparse por el dinero, pues estando casados mis hermanos ya no hay quien dependa directamente de ellos, su vida continuará hasta hacerse viejos y morir también.